viernes, 3 de noviembre de 2017

La Bolsa de Valores

Es un mercado, como cualquier otro. Pero en lugar de carne, frutas o verduras, se compran y venden acciones de empresas. Pero empecemos desde el principio: ¿por qué existe un mercado de valores?. Mucha gente aspira a tener un negocio. Piensa por un momento en que tú eres uno de ellos. De esta manera, tienes tres opciones:

-Iniciar un negocio desde cero. En este caso tienes que constituir una empresa, ya sea como único dueño o asociándote con amigos o familiares. Mucha gente pone por lo menos dos socios, para utilizar la figura de “sociedad anónima” que es bastante popular, pero hay muchas otras opciones. El capital inicial de la empresa se divide en acciones, que representan la porción que cada uno de los dueños aporta o posee.

-Comprar una franquicia o adquirir un negocio existente. Esto también implica constituir una empresa, o bien documentar ante notario la compra, incluyendo el monto que se paga a cambio de recibir las acciones que estaban en manos de los dueños anteriores.
-Asociarse con alguien que ya tiene un negocio exitoso, que le va bien, pero que requiere de más capital, que entre dinero fresco, para hacerlo crecer. Entonces tiene que hacer una ampliación de capital y emitir nuevas acciones que representen tu aportación. Eso te convierte en dueño de una parte proporcional de la misma.

Cuando una empresa sale a Bolsa, lo que hace es precisamente buscar capital. Dinero fresco. Podría hacerlo a través de una colocación privada; es decir, buscar amigos o conocidos que quieran entrar y aportar dinero. Pero muchas veces es más fácil hacer una oferta pública, de tal manera que todas las personas que estén interesadas en invertir en esa empresa, puedan hacerlo.


Esta oferta pública se hace a través de una Bolsa de Valores. Cuando uno quiere comprar zapatos va a una zapatería (o una tienda departamental que tenga, precisamente, un departamento de zapatos); cuando uno quiere comprar valores tiene que ir a la tienda especializada que es la Bolsa de Valores.

¿Por qué? Al hacer una oferta pública de acciones, la empresa se
convierte en empresa pública. Esto significa que cualquier persona interesada puede obtener información acerca de sus resultados, del desempeño del negocio.

La empresa tiene que compartir públicamente sus resultados y sus estados financieros de manera trimestral y anual, para que cualquier accionista —o futuro inversionista— tenga conocimiento de cómo va el negocio.

Pero además cualquier persona que compró acciones de esa empresa puede venderlas posteriormente, si así lo desea, a otros inversionistas interesados. Esto se hace en la tienda especializada, en el mercado en donde se juntan personas que quieren comprar, con aquellas que están dispuestas a vender. Ese lugar, de nueva cuenta, es la Bolsa de Valores.

Por eso las empresas que emitieron acciones a través de oferta pública tienen que listarlas en la Bolsa de Valores y están obligadas a dar la información comentada. De esta manera todos pueden tener elementos confiables que les permitan evaluar la conveniencia de comprar o vender una acción.

Algunas empresas reinvierten sus utilidades en el crecimiento del negocio. Otras tienen como política distribuir una parte de ellas a sus accionistas: a todos y por lo tanto ofrecen dividendos. Por otro lado, cuando la empresa va creciendo en ventas y resultados, se vuelve más valiosa y por ende sus acciones tienden a subir de precio.

Ahora bien, aunque en el mercado hay muchos inversionistas de largo plazo, conocedores del negocio y que buscan invertir en una empresa por sus méritos, por sus fundamentales, hay otros que son más especuladores, que buscan comprar y vender acciones todos los días para hacer ganancias rápidas.
Por eso los precios tienen mucha volatilidad de corto plazo, ya que tanto compradores como vendedores fijan libremente sus posturas: a qué precio están dispuestos a comprarlas o venderlas. Cuando hay coincidencia, se ejecutan las operaciones.

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